29.jpg
    28.jpg
    33.jpg
    32.jpg
    30.jpg
    36.jpg
    5.jpg
    bg1.jpg
    7.jpg
    bg2.jpg
    bg3.jpg
    previous arrow
    next arrow

    El “frío cubano” y la burla repetida de los precios agrícolas

    Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
     
    Rating:
    ( 0 Rating )
    Pin It

    El frio cubano y la burla repetida 1

    Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 49 segundos

    Winter is coming (El invierno se acerca) fue, en 2011, el primer episodio de uno de los sucesos televisivos de mejor factura hasta hoy: la serie de fantasía medieval Juego de Tronos. Su título, devenido emblema de la casa de los Stark, pasó a convertirse en la frase más conocida de la megaproducción de HBO e instaba a prepararnos para lo malo. La analogía con el escenario de los precios de los productos agrícolas en Cienfuegos no es casual. Cuando el pasado 1ro de noviembre, en el preámbulo del “frío cubano” —como ya es costumbre en esta época del año—, el Gobierno de la provincia anunció nuevas tarifas concertadas con los campesinos, muchos cruzamos los dedos a expensas de conocer la fatídica e invariable suerte que correrían.

    “Muy buena la medida tomada (…); ojalá no suceda lo mismo que en otras oportunidades, cuando aprueban resoluciones y ‘la vida sigue igual’ como la canción de Julio Iglesias”, escribió un usuario en la versión digital de este periódico, con el ánimo evidente de poner el parche antes que cayera la gotera.

    Otros señalaron la ineficacia de tales decisiones que “luego no se ejecutan por falta de control”. “¿Para qué tantas reuniones y aprobación de precios si nadie los revisa y ‘todo el mundo’ vende como le da la gana?”. “Esto lo han hecho miles de veces y continúan, incluso, más altos”. “Lo publicado es mentira…”.

    El tono de la mayoría de los comentarios va en ascenso como el costo de las viandas, hortalizas y granos en Cienfuegos, desde que difundimos en nuestras ediciones la Resolución No.161, firmada por el gobernador, con los importes establecidos para la comercialización de una decena de productos agrícolas. En los últimos siete años, a partir de 2016, similar práctica se repite en la agenda de este medio de comunicación. Una búsqueda a través de los términos claves “precios topados” y “precios agrícolas” arrojó más de 30 textos periodísticos, casi todos en la tendencia de informar y enjuiciar después el incumplimiento de lo informado. Es vergonzoso, pero allá vamos otra vez.

    CUENTOS DE CAMINO

    Tras observar durante un mes el comportamiento de las tarifas aprobadas por las autoridades gubernamentales del territorio, y realizar a inicios de la actual semana otro bojeo por mercados, placitas, puntos de venta y “carretilleros”, los datos que recopilamos vinieron a confirmar que la realidad siempre es mucho más cara que lo dispuesto en cualquier papel.

    Si bien en las pizarras de los establecimientos advertimos cierta correspondencia de los precios con los regulados, fue muy notorio que, en casi la totalidad, los productos agrícolas incluidos en la normativa no estuvieran en las ofertas del día. Salvo en el mercado Séptimo Congreso —sito en la intersección de las calles de Industria y Argüelles—, donde encontramos algunos, en el resto brillaban por su ausencia. En cambio, abundaban otros, fuera de la atropellada Resolución, como pepino, ají cachucha, lechuga y malanga, cuyos montos oscilaban entre 50 y 70 pesos cubanos (CUP).

    La “desaparición” o inestabilidad en estos lugares del boniato, la yuca, el plátano y la calabaza —especialmente en el tramo de lunes a viernes; no tan así el fin de semana—, tampoco es fortuita. En la propia reunión donde se decidieron los nuevos importes, ya un vendedor avisó que ello ocurriría ante el presunto rechazo de los productores. Se explicó, entonces, el proceso de concertación y trascendió que varios de los precios rebasaron hasta la propuesta inicial de los mismos guajiros. Ahora cabe inquirir a dónde fue ese acuerdo, ¿se lo llevó el viento?

    Una situación más confusa hallamos en el mercado La Plaza, localizado en el Centro Histórico Urbano de la Perla del Sur. Allí los comerciantes locales expenden por las tarifas del Gobierno, pero de los respectivos productos tienen poco o nada. Sin embargo, los concurrentes de otras provincias, con tarimas mejor abastecidas, doblan los costos de referencia que se adoptaron. Si, por ejemplo, el plátano de fruta, la yuca, el boniato y la calabaza están a 15.00 CUP, ellos los venden a 30.00, bajo el autorizo, excepcional y engañoso, de poder formular un precio minorista superior hasta un 40 por ciento del valor de compra.

    Tal privilegio exige un análisis profundo, pues los cálculos dicen que estos vendedores adquieren dichas viandas a 18.00 CUP, más costosas, incluso, a como se deben ofertar a la población, lo que nos obliga a cuestionar cuán real es así. A Héctor Martínez, uno de nuestros lectores, le explicaron en Acopio —según comentó en la edición digital del periódico— que la causa era la inexistencia de estas producciones en Cienfuegos, mientras, por otro lado, los dirigentes pregonaban el amplio volumen de comida aquí sembrado. Ante los hechos, él dijo sentirse cautivo de la corrupción.

    A tono con el lenguaje popular, “una liga diferente”, inasequible, juegan los carretilleros o vendedores ambulantes. Nos acercan la mercancía a la casa, nos sacan de un apuro de última hora cuando el plato del día está escaso, y cobran todo eso como si tratásemos con seres galácticos. Los valores por los cuales comercializan los once productos que comprende la disposición gubernamental, superan tres y cuatro veces los fijados. No les basta la posibilidad de venderlos un 30 por ciento por encima de la cuantía concertada. Pareciera que sus cosechas vienen directamente del Olimpo.

    El plátano burro, el boniato, la yuca y la calabaza alcanzan los 50.00 CUP por libra, en tanto, el plátano vianda y el plátano de fruta rondan los 60.00 y 80.00 pesos. En muchos casos, el precio varía según la zona de residencia. Desde la calle de Gloria hasta el Paseo del Prado son más caros aún. Un punto y aparte merece la zafra del ajo, la cebolla, el arroz y los frijoles: ahorita necesitaremos oro molido para comprarlos.

    Frentes al cúmulo de excesos, no pocos, al igual que nuestra lectora Blanca Garcés, terminamos sumidos en el lodo de la impotencia, preguntándonos por qué no se multan a quienes violan lo acordado, por qué permiten que en las ferias agropecuarias de los sábados los camiones se retiren al ser apercibidos por abusar de la gente, por qué carecemos del control de los inspectores y la policía, por qué dicen una cosa y hacen otra, por qué se burlan con malévola reiteración del pueblo. Por qué, por qué y por qué…

    La última actualización del Índice de Precios al Consumidor, de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información —correspondiente al mes de agosto—, ya daba cuenta del alza incontenible del costo de los productos agrícolas en Cienfuegos, la mayoría cercanos a como en la actualidad imperan. La Resolución No.161 vino a intentar poner frenos, pero de momento no ha sido otra cosa que la esperada: un verdadero hazmerreír. ¿Cuándo contaremos algo distinto?

    El frio cubano y la burla repetida 3

    Comentarios Recientes

    • Subsidios
      Maria Eugenia 4 años atrás
      Es bueno contar con un manual que organice su trabajo,pero ¿como se ve el resultado en la práctica? como ...

      Leer más...

    ¿Le ha resultado útil la información publicada en este portal?