Lajas recuerda a sus mártires

 

El deber impone rendir tributo, a los que cayeron por una causa justa, cuyas insignias triunfantes no tuvieron la dicha de ver desplegadas en el suelo querido de la patria.

Como cada año el siete de diciembre es una jornada de recordación y tributo, en esta fecha de 1896 caen en combate el lugarteniente general Antonio Maceo Grajales y su ayudante Francisco Gomes Toro (Panchito), duro golpe para el Ejército Libertador y el pueblo cubano; este día pero de 1988 fue escogido para realizar en ceremonia nacional la exhumación de los restos mortales de los más de 2000 cubanos que perdieron la vida en defensa del hermano pueblo africano, misión internacionalista sin precedentes que mostró las valía y el altruismo de los cubanos al ser parte decisiva de la liberación de los pueblos de Angola, Namibia y el derrocamiento del régimen apartheid, además sin dudas marcó un una página imborrable la historia, que también y a decir del comandante en jefe Fidel Castro lleno de dolor y luto a miles de familias cubana y especialmente a las madres de los caídos, que supieron convertir el sufrimiento en honra a la patria que os contempla orgullosa a sus hijos.

El momento actual que vive nuestro país, las constantes agresiones de un enemigo brutal y despiadado y la compleja situación que atraviesa el mundo, pone en nuestras manos una altísima responsabilidad.
Ratificando el compromiso con la Revolución y el Socialismo siendo este más fuerte que nunca, y jamás cederemos un milímetro en nuestros principios, ni en los momentos más difíciles, no cambia que algunos pocos se cansen y hasta renieguen de su historia, olvidándose de que la vida es un eterno batallar.
Guiados por el ejemplo de la larga historia de lucha, las ideas de Martí, la guía de Fidel y Raúl y teniendo como máxima las palabras de Julio Antonio Mella cuando expresó: “Para los jóvenes comprometidos con su época todo tiempo es corto para hacer.”